El ginecólogo responde


Pautas a Seguir


Los avances en las técnicas de diagnóstico prenatal permiten una gran fiabilidad en el seguimiento del feto, lo que aporta mayor tranquilidad e información a las futuras madres.


Una de las principales preocupaciones de las futuras mamás es estar seguras de que el bebé nacerá sano. Son inquietudes completamente naturales para las que, afortunadamente, hoy en día existe una amplia respuesta. Y es que, durante todo el embarazo, y en función de cada etapa de la gestación, el ginecólogo irá realizando diversas pruebas prenatales y de seguimiento cuyo objetivo es conocer de primera mano la salud del feto y de la mamá.
El doctor Fernando Gil, jefe de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Manises, responde ampliamente a todos las dudas sobre este tipo de seguimiento. 

Doctor Gil, ¿por qué se realizan los exámenes prenatales? 
Los exámenes prenatales pueden identificar diversos aspectos. Por un lado, sirven para detectar problemas de salud en la madre que pueden afectar a la salud del bebé, lo que nos permite aplicar rápidamente un tratamiento que evite problemas. También son muy útiles para identificar las características del bebé, incluido el crecimiento, el sexo, la edad gestacional y la ubicación en el útero o la probabilidad de que un bebé tenga problemas congénitos, genéticos o cromosómicos.

¿Qué tipo de pruebas se realizan a lo largo del embarazo? ¿Es seguro para el feto hacer muchas ecografías?
En primer lugar me gustaría destacar que todas las pruebas rutinarias que se realizan durante el embarazo son totalmente seguras e inocuas para la madre y el feto. Así, durante el primer trimestre es habitual realizar una ecografía de control, entre las 11 y las 14 semanas de gestación, para evaluar el riesgo de enfermedades cromosómicas y descartar anomalías estructurales. También se solicita un análisis de sangre y orina para descartar problemas de salud como la diabetes gestacional o infecciones urinarias.

En el segundo semestre, en la semana 20 aproximadamente, se efectúa una nueva ecografía de rutina, en la cual se hace una detallada evaluación anatómica de los órganos del feto para descartar malformaciones. En esta ecografía las mamás suelen preguntarnos por el sexo del bebé, ya que aquí es posible aventurarlo. En este periodo también se repiten los análisis de sangre de control. Por último, en el séptimo mes, aproximadamente en la semana 32, se realiza una ecografía que tiene como objetivo evaluar el crecimiento fetal y estimar el rango de peso al nacer.

Una semana antes del embarazo también realizamos una muestra de secreción vaginal para descartar la presencia de Estreptococo del grupo B, el cual podría producir graves enfermedades en el bebé como septicemia, neumonía o meningitis, o a largo plazo osteoartritis.
















Las mujeres ahora demandan mucha más información, son parte activa del proceso y nos plantean abiertamente sus dudas
 

¿Qué ocurre si en estas pruebas se detecta que el embarazo ‘es de riesgo’? ¿Qué significa esto? Consideramos como ‘embarazo de riesgo’ aquel en el que las pruebas de seguimiento rutinarias han detectado alguna anomalía. Actualmente, con los avances en diagnósticos prenatales, una gran parte de las malformaciones fetales se pueden detectar durante el primer trimestre. Por ejemplo, mediante una ecografía, midiendo la nuca del feto (lo que se conoce como traslucencia nucal) y un análisis de sangre podemos evaluar el riesgo de síndrome de Down.

En el Hospital de Manises, además, mediante una biopsia corial y un análisis del ADN fetal podemos detectar hasta 100 alteraciones genéticas en el feto.

Cuando se descubre un ‘embarazo de riego’ se realizan pruebas más detalladas para confirmar o descartar la anomalía, como la ecocardiografía fetal o el estudio doppler de los vasos fetales. Además, realizamos un seguimiento exhaustivo del proceso gestacional para garantizar la seguridad del feto y de la madre.

¿En qué consiste la amniocentesis o la biopsia corial? ¿Son peligrosas para el bebé?
 La amniocentesis se realiza a partir de la semana 15 del embarazo a aquellas mujeres que corren más peligro de tener un bebé con anomalías cromosómicas. Consiste en la extracción de líquido amniótico desde el vientre materno y, como toda prueba invasiva, supone un riesgo para el bebé. La biopsia corial es una prueba que permite la extracción de una muestra de placenta para detectar anomalías a partir de la semana once. Al igual que la amniocentesis implica un porcentaje de riesgo para el bebé.

  











Cuando se descubre un ‘embarazo de riesgo’ se realizan pruebas más detalladas y un seguimiento exhaustivo del proceso gestacional para garantizar la seguridad del feto y de la madre

¿Existen pruebas para determinar si existe riesgo de parto prematuro?
Sí, recientemente se ha constado la eficacia de una prueba que ya hemos puesto en marcha en el Hospital de Manises para todas las mamás que lo deseen. Consiste en la medición del cuello del útero mediante una ecografía transvaginal a partirde la semana 20 de gestación. La longitud cervical es usada para predecir el parto prematuro. Así, la medida obtenida se compara con unos parámetros que determinan si existe riesgo de complicación y parto prematuro (en general, si el cuello del útero es más corto de lo establecido como normal). Se puede aplicar a todas las mujeres embarazadas a partir de la semana 20. No tiene ningún efecto ni complicación derivada y es totalmente inocua para el feto. En aquellas pacientes que se identifique un acortamiento del cuello pueden recibir un tratamiento preventivo con progesterona.

¿Son efectivas las pruebas prenatales?
Las mejoras en las técnicas ecográficas, con la posibilidad de una visión en tres dimensiones para descartar malformaciones y los estudios de biología molecular, que permiten detectar anomalías cromosómicas y genéticas nos permiten una gran fiabilidad en el seguimiento del bebé.

Esta mejora y evolución en las pruebas prenatales ha sido paralela al creciente interés de los padres por estar informados sobre todas las fases del embarazo. Las mujeres ahora demandan mucha más información, son parte activa del proceso y nos plantean abiertamente sus dudas.

Breve guía nutricional

Glotones y mal comedores


Pautas y consejos para que tú pequeño crezca sano


Determinación, paciencia y constancia: claves para la correcta alimentación del bebé.


PECHO O BIBERÓN

Lo primero que tienes que saber es que los bebés se alimentan por instinto. Por ello, no debes preocuparte si los primeros días le cuesta comer, cada niño es diferente y tiene su propio ritmo de adaptación.

Cárgate de paciencia y sigue las pautas de alimentación que te indique el pediatra. Durante estos primeros días, lo mejor para los dos es que este momento sea tranquilo y en un entorno relajado, de hecho, la cita con la comida tiene que ser lo más íntima posible y en un lugar cómodo para ambos.
Al final, tanto tú como el recién nacido, viviréis este momento con naturalidad.
















 Si decides darle el pecho, lo habitual es que pierda algo de peso en la primera semana, no te preocupes, lo recuperará poco a poco. Lo natural es que haya un proceso de acomodamiento entre el pequeño y tú. Para sentirte totalmente segura con esta nueva experiencia necesitas tiempo y confianza en ti misma, la constancia será tu aliada para lograr que ambos os adecuéis a este
momento lo más rápidamente posible.

En algunos casos, los recién nacidos (por motivos muy diversos) no comen todo lo ‘recomendable’, les cuesta más de lo habitual engancharse al pecho o se duermen durante la toma y, en definitiva, tardan más ganar peso. Estos pequeños mal comedores pueden reeducarse con determinación y firmeza, no dejes que la desesperación te supere y consulta al pediatra. Muchos centros ambulatorios tienen grupos de mamás lactantes que se reúnen una vez por semana, ellas te pueden ayudar a ganar confianza y podrás compartir tus dudas con mujeres más experimentadas.

Si le das biberón, lo habitual es que gane peso rápidamente y… tienes que estar pendiente porque depende del ritmo de crecimiento, puede que tengas un pequeño glotón!! Para que no existan problemas de sobrealimentación los expertos aconsejan que no le des de comer cada vez que llore, porque el llanto no siempre es síntoma de que tiene hambre. A través de la convivencia y la observación aprenderás a distinguir los diferentes llantos de tu pequeño.

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Alimentación y cuidados durante el embarazo

Desde el primer momento en que se tiene constancia del embarazo hay que empezar a seguir unas pautas que nos ayudarán a que el bebé nazca sano. Una de las cuestiones básicas para una gestación satisfactoria es la alimentación de las mamás durante esos nueve meses. Aunque seas de las mujeres que siempre se han cuidado, ahora debes extremar aún más las precauciones. Si, por el contrario, hasta ahora descuidabas tu alimentación, es el momento de poner en orden tu dieta, tu bebé te lo agradecerá. 


Decir que la dieta de las embarazadas debe ser equilibrada y completa equivale a decir:

  • Bebe, como mínimo, dos litros de líquido diarios a base de agua, caldos vegetales y zumos naturales. De esta forma conseguirás estar hidratada, incorporarás aportes nutritivos al organismo y eliminarás toxinas. 
  • Come alimentos con proteínas bajos en lípidos, es decir, carnes magras, pescado, pollo, claras de huevo, habas y soja. Son esenciales para la formación de los tejidos del feto.
  • Toma hidratos de carbono, se encuentran en el pan, cereales, legumbres, arroz, patatas, pasta. Son imprescindibles para el buen aprovechamiento de otros alimentos.
  • Aporta vitaminas y minerales a tu dieta comiendo frutas y vegetales.
  • Incorpora grasas, que se consumen tomando carnes y productos lácteos, frutos secos y aceites vegetales. 


Los ingredientes de este catálogo son necesarios para el desarrollo del feto en buenas condiciones.

Pero con eso no será suficiente,ya que en la dieta no podrán faltar refuerzos de calcio, hierro y ácido fólico que, en el caso de que no los ingieras a través de la dieta, deberás de consumirlos bajo prescripción médica.

Si eres una mamá vegetariana, puedes consumir proteínas comiendo hortalizas, cereales, soja, frutos secos, tubérculos y semillas. Los productos lácteos puedes sustituirlos por la leche de soja.

Una alimentación sana pasa por tomar de forma equilibrada todos los alimentos básicos. De esta manera, se favorece el crecimiento del feto en las mejores condiciones. Además de que previene anemias y contribuye a la producción de leche, evitará complicaciones al bebé al permitirle un peso adecuado y le prevendrá de un sistema inmunitario bajo en defensas.

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La psicóloga responde


Pautas de crianza


"Alrededor del octavo mes de vida, que es cuando empiezan a tener autonomía corporal, hay que empezar a decirles no"

En cuanto el recién nacido llega a casa surgen las primeras dudas sobre qué significan las diversas reacciones del bebé: llantos, rabietas o negativas a comer pueden ser algunos ejemplos.
Conocerlas y actuar sobre ellas nos ayudará a guiar el temperamento de nuestro hijo, ayudándole desde el primer día a confi gurar esa personalidad que irá desarrollando hasta convertirse en adulto.
La catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universitat de València, Emilia Serra Desfilis, aborda algunas cuestiones sobre la educación de los más pequeños.

¿La educación de los hijos debe comenzar en la cuna?
Por supuesto. Lo primero que los padres descubren en su hijo, y que condicionará la interacción con
él, es lo que conocemos como ‘temperamento del niño’.


 Entonces, ¿los niños nacen ya con un temperamento definido?
Efectivamente, a agrandes rasgos, podemos hablar de cuatro tipos. Así, la mayoría, son niños de temperamento fácil. Una minoría, entre un 10% y un 15% se clasificaría como de temperamento difícil.

También existen niños que denominamos de ‘temperamento lento’, con una menor respuesta a los
estímulos y por último, un grupo diverso de casos más minoritarios.


 ¿Cómo se reconocen?
Los bebés de temperamento fácil son los que respetan los ritmos biológicos, son serenos y tranquilos,
por lo que permiten a los padres distinguir de forma adecuada las necesidades de su hijo. Estos
niños responden afectivamente tal y como se espera y no extrañan los cambios de ambiente. En este
caso, la educación se va a basar desde el principio en la interacción. En cuanto a los niños
difíciles, son los que no respetan las horas de sueño, no comen a sus horas o no se adaptan a
situaciones nuevas, entre otras características.

En estos niños se empieza a crear un círculo vicioso ya que los padres no saben cómo comportarse con ellos, entienden mal las señales del bebé y actúan de forma inadecuada. Los de temperamento lento son los que ante la estimulación tardan más en reaccionar que el resto.

¿Cómo y cuándo se puede detectar que estamos ante un niño difícil?
Un niño de carácter difícil se detecta desde el primer momento, sobre todo en el juego. Es importante
observar al niño, si tiene algún trastorno con la comida o el sueño y, de manera especial, si no juega, ya que nos encontraríamos ante el disco rojo de ‘alerta’. Debemos tener en cuenta que el juego supone aprendizaje, desarrollo emocional y cognitivo, si se retrae ante esto significa que algo está pasando.

Una vez hemos detectado el problema, es fundamental la correcta actuación de los padres y su manejo del problema. Ante esos niños no cabe la desesperación, sino la adaptación.
Es el adulto el que tiene que revertir el comportamiento y mostrar habilidad en el manejo de la situación.

Debemos tener en cuenta que el temperamento del niño es innato, no depende de los padres y, por tanto, estos niños no se pueden educar de igual forma que al resto, su educación es más compleja.

¿En qué momento hay que empezar a poner medidas para evitar malcriar a los hijos?
Durante su primer año ya hay que establecer rutinas. Es más, casi desde el primer día de vida hay que intentar que el niño coma y duerma a sus horas, creando un ambiente amable para el bebé y respondiendo a sus demandas de manera adecuada. De esa forma ya se están estableciendo
los pilares de su desarrollo.

¿A qué edad hay que empezar a decirles NO?
Alrededor del octavo mes de vida, cuando los niños ya empiezan a tener suficiente autonomía corporal, empiezan a andar, reclaman cosas y no atienden a lo que les enseñas, es el momento en que hay que empezar a poner límites, pero siempre acompañado de afecto.

¿Es mejor ser flexible o por el contrario más autoritario?
No hay una regla única sobre cómo educar a un niño. Lo mejor siempre es combinar diversos estilos
en función de la etapa de crecimiento del niño. El que los profesionales conocemos como ‘democrático’, se caracteriza porque hay un control acompañado de afecto explícito y comunicación, que sería la línea más idónea de educación. El estilo autoritario se caracteriza por mucho control pero poco afecto y poca comunicación, mientras que en el otro extremo el permisivo trata al niño con
mucho afecto y poco control, por lo que no son aconsejables. También existen actitudes educativas
‘indiferentes o negligentes’, donde no hay ni control ni afecto, ni seguimiento del aprendizaje del niño.

Durante los dos primeros años de vida, ¿qué fases son importantes en su educación?

En el primer año de vida algo de autoridad viene bien, ya que dar demasiadas explicaciones los convierte en lo que comúnmente se conoce como ‘niños repelentes’.

Así, en los primeros años lo que debe primar es más control del niño y menos comunicación,
mientras que conforme van creciendo y madurando se debe de ir ampliando la comunicación. Y, desde luego, afecto siempre y en todas las etapas de la vida.

¿Cómo actuar ante rabietas y pataletas?

Hay que corregirlas. Lo que funciona mejor es no hacerles caso, no decirles nada y cuando se les
pasa entonces reprenderles. Si les hacemos caso cuando están en plena rabieta les estamos reforzando.

Ante ese tipo de conductas, los padres deben alejarse del niño y hay que esperar a que les pase para actuar entonces.

¿Las discrepancias entre los padres las perciben los bebés?
Desde la cuna los niños perciben de inmediato las discrepancias entre los padres. El tono, el cansancio, el afecto, la tensión tanto del padre como de la madre lo notan en la forma de cogerlos, en la forma de atenderles, en cómo se les hablan, lo detectan todo.

¿Cuándo empieza un niño a darle sentido a la vida?
Sobre los dos años, que es cuando empieza a desarrollarse el pensamiento. Antes de esa edad lo que se produce es empatía.

En la actualidad, ¿están las parejas preparadas para tener hijos?
En general, hay poca madurezpara la maternidad y la paternidad.

Las respuestas ante las dificultades son más inmaduras que en otras épocas, no actúan como adultos y esa inmadurez es una causa de conflicto en la pareja y con el hijo.