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· ESTAMOS DE ANIVERSARIO: este año nuestra revista cumple su 10º aniversario.
Nuestras redactoras reservan un espacio para vosotr@s en el próximo nº 2013. Entre todas las experiencias recibidas una selección aparecerán en la GUÍA DULCE BEBÉ 2013*.
(La publicación será totalmente gratuita) y en este blog publicaremos todas las participantes.
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CLAVES PARA QUE APRENDA A HACER PIPÍ
CLAVES PARA QUE APRENDA A HACER PIPÍ
El proceso de aprendizaje de controlar el pipí es un gran reto,
no solo para los papás, que tienen que afrontarlo con grandes dosis de
paciencia, sino también para los niños, ya que supone el paso hacia su
autonomía e independencia. Lo que hasta ahora era una acción espontánea y libre,
hacer pis en cualquier momento y en cualquier lugar, se convierte en un acto
organizado que deberá seguir unas pautas para convertirse en un “hábito”. El
niño se siente liberado sin el pañal, pero también inseguro, por lo que el
apoyo y el acompañamiento en esta nueva etapa por parte de los papás es
fundamental.
No hay una edad concreta para comenzar,
aunque sí es aconsejable hacer coincidir la
retirada del pañal con los meses más cálidos (entre mayo y septiembre).
Según explica el doctor Javier González
de Dios, miembro del Comité de Educación Pediátrica de la Asociación Española de Pediatría, “hay
algunos indicios que pueden ayudar a los padres a adivinar si el niño está
preparado: no moja constantemente el pañal, avisa cuando está sucio y es capaz
de entender nuestras instrucciones. Cada niño tiene su tiempo de control de
esfínteres, pero entre los 18 y 24 meses
suele ser un buen momento para intentarlo”.
PARA EMPEZAR PUEDES….
- Marcar unas rutinas. Las normas ayudan a los niños a establecer pautas de aprendizaje por lo que, al igual que para comer o para dormir, marcar unas rutinas para ir al baño le ayudará. Esta rutina puede comenzar por sentarle en el baño cada 30-60 minutos, diciéndole “vamos a hacer pis”.
- Hacerle sentir mayor. Explica a tu hijo que ya no necesita el pañal para hacer pipí o caca porque se está haciendo mayor, que ir al baño es normal y que todos los mayores lo hacen. Los expertos coinciden en señalar que para los pequeños, el sentirse “mayor” es un gran estímulo.
- Imitar a papá y mamá. Los niños aprenden por imitación. Puedes decirle que te acompañe al baño y explicarle por qué vas a hacer pipí allí o incluso, si tiene hermanos mayores, animarle a que les acompañe. A los niños les encanta imitar y será una manera de que quiera hacer lo mismo que vosotros.
- Premiarle cuando lo consiga. El sistema de premios cada vez que vaya al baño es un buen mecanismo si tu hijo es perezoso para pedir pipí. Poned una pegatina cada vez que lo logre, marcad con una carita sonriente un panel de tareas, cantad una canción cuando acabe, etc... Enséñale como si fuera un juego.
- Llevar siempre varias mudas de repuesto. Más vale prevenir que curar, por lo que es importante que, si tu hijo se hace pis encima, tengas ropa a mano para cambiarle.
- Si has iniciado el proceso, ¡no decaigas!. Una vez comiences a quitarle el pañal nunca vuelvas atrás. El niño tiene que aprender y, aunque no lo creas, al final lo conseguirá, pero si percibe dudas o ve que cuando se hace pipí le vuelves a poner el pañal habrás dado un paso atrás.
LO QUE DEBES EVITAR…
- Enfadarte por no alcanzar tus metas. No te pongas plazos, ni metas que conseguir, como por ejemplo querer quitarle el pañal antes de empezar las clases. Con eso solo conseguirás frustrarte y creer que no lo estás haciendo bien si no lo consigues.
- No obligarle, reñirle ni castigarle. No le obligues a ir al baño si no quiere, puede que no tenga ganas y estarás forzándole. Si se le escapa el pis antes de llegar, hay que quitarle importancia y nunca reñirle, ni tampoco castigarle por orinar donde no debe. El niño necesita refuerzos positivos, nunca negativos. Si le reñimos continuamente y le decimos que lo que hace está mal, cogerá miedo y puede que acabe siendo peor que cuando empezó.
- “No le dejes mojado si se hace pis encima”, señala el doctor González de Dios. “Nunca hay que hacerlo para que aprenda, las consignas negativas no son buenas, puede coger temor y que sea peor para el aprendizaje”, afirma. Aunque el niño se sienta mojado, puede que no le incomode y, si lo hace, puede sentirse avergonzado por no haber podido aguantar.
*
Información elaborada con la colaboración del doctor Javier González de Dios es
miembro de Comité de Educación Pediátrica de la Asociación Española de
Pediatría y miembro del Departamento de Pediatría del Hospital General
Universitario de Alicante
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Consejos
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Folletos
VERDADES Y MENTIRAS DE LA ANESTESIA EPIDURAL
Medicalizar o no el parto. Vivirlo (y sentirlo) de manera totalmente natural y “sobrevivir” al dolor o hacer uso de la anestesia para no sufrir y disminuir el estrés y el nerviosismo, afrontándolo de una manera más tranquila. Muchas futuras mamás tienen claro desde el principio cómo quieren que sea este momento, mientras que a otras les asaltan las dudas continuamente: epidural ¿sí o no? Te explicamos algunas de las verdades y mentiras más comunes acerca del uso de esta técnica y desterramos las leyendas urbanas más comunes, para que puedas decidir cómo quieres dar a luz en función de cómo seas y cómo quieras vivir el nacimiento de tu hijo.
1.
Si tienes un tatuaje en la zona lumbar no puedes ponerte anestesia epidural.
FALSO.
La aguja de la epidural tiene un grosor mínimo de unos 2mm y la gran mayoría de
tatuajes no cubren la totalidad de la zona y dejan huecos de piel en los que sí
se puede pinchar. Incluso a veces el pinchazo se puede localizar un poco más lateral
o a diferentes niveles de la columna lumbar para no interferir en la zona
tatuada.
2.
Es peligroso administrar la epidural si padeces desviación de espalda. FALSO. Cualquier
desviación de espalda aumenta la dificultad de localizar el espacio epidural,
pero no supone un riesgo para la madre ni para el bebé. Si padeces escoliosis
lo más aconsejable es llevar previamente radiografías de la columna para que el
equipo médico conozca la dirección de la desviación y pueda proceder de la
manera correcta. En caso de una desviación muy pronunciada se puede descartar
directamente su uso.
3.
A partir de cierto grado de dilatación, cuando el nacimiento está cerca, no es
posible administrar la epidural. VERDADERO. La epidural es una
técnica anestésica lenta, que tarda en administrarse alrededor de 10 minutos y
otros 20 minutos en conseguir la plena efectividad. Así, si la mamá ha llegado
a dilatar completamente (10 cm de dilatación) y la cabeza está tan descendida
en el canal del parto que se prevé que nazca el bebé en menos de 30 minutos,
normalmente la epidural no añade ventajas al alivio del dolor y sí puede
generar complicaciones.
4.
La epidural te quita las fuerzas para empujar en el momento del parto. FALSO.
Muchas mamás temen perder el control
durante el momento del parto y no poder empujar para colaborar en el nacimiento
de su bebé. Hoy en día, la mayoría de hospitales administran dosis bajas que
permiten que la mujer sienta la presión con cada contracción y mantenga la
fuerza para empujar aunque no sienta dolor.
5.
Con la epidural no sientes la necesidad de empujar en el momento de parto.
VERDADERO.
Lo que sí se pierde con la epidural es
la necesidad imperiosa de empujar que se produce en un parto totalmente
natural. En estos casos, una matrona a la cabecera de la cama te indicará
cuándo es el momento del pujo aunque tú no sientas la necesidad.
6.
La epidural puede provocar bajadas de tensión en los primeros momentos.
VERDADERO.
La hipotensión o bajada de tensión puede darse cuando se administra la epidural,
por lo que la madre está monitorizada en todo momento para llevar un control de
su tensión arterial. A pesar de que la hipotensión es de fácil tratamiento y
reversible, puede llegar a producir bradicardia en el feto (disminución de su
frecuencia cardiaca) que, tratada precoz y adecuadamente, no genera más
complicaciones.
7.
Puede provocar dolor de cabeza. VERDADERO. No siempre es así,
pero en ocasiones, una complicación asociada a la administración de la
anestesia epidural es la cefalea, que aparece en un 1% de todas las epidurales.
8.
La administración de la anestesia epidural puede provocar secuelas en el bebé.
FALSO. Una
epidural que funciona adecuadamente no genera por sí sola complicaciones en el
bebé. Los anestésicos utilizados son locales y van al espacio epidural por lo
que presentan mínima absorción a sangre de la madre y prácticamente nula a la
sangre del cordón umbilical que llega al bebé.
9.
La epidural retrasa la subida de leche. FALSO. Las mamás que dan a
luz con epidural inician de inmediato el contacto piel con piel con su bebé,
que es el factor principal para la subida de la leche. El reflejo de succión es
innato en el recién nacido y se debe permitir que el bebé mame dentro de la
primera hora de vida, en la sala de partos o de recuperación. Esto permitirá
que se desencadene en la madre el reflejo de oxitocina lo que favorece además
la retracción uterina, previniendo hemorragias.
10.
La anestesia provoca retención de orina en las primeras horas tras el parto.
VERDADERO.
Uno de los efectos secundarios de la
epidural es la retención de orina, que desaparece una vez los anestésicos
locales dejan de hacer efectos sobre los nervios. Antes del parto, se suele
vaciar la vejiga para dejar mayor espacio al bebé en su trayecto de salida.
Tras el parto esta retención suele continuar, hasta que pasa completamente el
efecto de la epidural, por lo que en ocasiones las matronas colocan una pequeña
sonda hasta que la mamá recupera el control total de la vejiga. Tras más de 12
horas de la retirada del catéter epidural la retención tiende a desaparecer.
11.
La administración de la epidural aumenta el riesgo de cesárea. FALSO. Esta idea está
bastante extendida pero los últimos estudios realizados la han desterrado. Sí
es posible que aumente la necesidad de utilizar fórceps o ventosas para
facilitar la salida del bebé.
12.
La recuperación con epidural es igual que en un parto no medicalizado.
VERDADERO.
Una vez desaparecen los efectos del
anestésico, que suelen durar unas 12 horas como máximo, la recuperación es
totalmente igual. Hasta ese momento se aconseja que la mamá no se levante de la
cama, por si le falta algo de fuerzas en las piernas y que avise si no siente
ganas de orinar. Algunas mujeres presentan dolor de espalda tras el parto
durante varios días lo que suele estar generado tanto por el propio embarazo,
con los cambios fisiológicos a nivel de la columna, como por el parto.
*
Respuestas avaladas por Consuelo García Cebrián, anestesista del Hospital de
Manises, y por la Guía Práctica Clínica sobre la Atención al Parto Normal del
Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad.
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Entrevistas