VERDADES Y MENTIRAS DE LA ANESTESIA EPIDURAL


Medicalizar o no el parto. Vivirlo (y sentirlo) de manera totalmente natural y “sobrevivir” al dolor o hacer uso de la anestesia para no sufrir y disminuir el estrés y el nerviosismo, afrontándolo de una manera más tranquila. Muchas futuras mamás tienen claro desde el principio cómo quieren que sea este momento, mientras que a otras les asaltan las dudas continuamente: epidural ¿sí o no? Te explicamos algunas de las verdades y mentiras más comunes acerca del uso de esta técnica y desterramos las leyendas urbanas más comunes, para que puedas decidir cómo quieres dar a luz en función de cómo seas y cómo quieras vivir el nacimiento de tu hijo. 

1. Si tienes un tatuaje en la zona lumbar no puedes ponerte anestesia epidural. FALSO. La aguja de la epidural tiene un grosor mínimo de unos 2mm y la gran mayoría de tatuajes no cubren la totalidad de la zona y dejan huecos de piel en los que sí se puede pinchar. Incluso a veces el pinchazo se puede localizar un poco más lateral o a diferentes niveles de la columna lumbar para no interferir en la zona tatuada.

2. Es peligroso administrar la epidural si padeces desviación de espalda. FALSO. Cualquier desviación de espalda aumenta la dificultad de localizar el espacio epidural, pero no supone un riesgo para la madre ni para el bebé. Si padeces escoliosis lo más aconsejable es llevar previamente radiografías de la columna para que el equipo médico conozca la dirección de la desviación y pueda proceder de la manera correcta. En caso de una desviación muy pronunciada se puede descartar directamente su uso.

3. A partir de cierto grado de dilatación, cuando el nacimiento está cerca, no es posible administrar la epidural. VERDADERO. La epidural es una técnica anestésica lenta, que tarda en administrarse alrededor de 10 minutos y otros 20 minutos en conseguir la plena efectividad. Así, si la mamá ha llegado a dilatar completamente (10 cm de dilatación) y la cabeza está tan descendida en el canal del parto que se prevé que nazca el bebé en menos de 30 minutos, normalmente la epidural no añade ventajas al alivio del dolor y sí puede generar complicaciones.

4. La epidural te quita las fuerzas para empujar en el momento del parto. FALSO.
Muchas mamás temen perder el control durante el momento del parto y no poder empujar para colaborar en el nacimiento de su bebé. Hoy en día, la mayoría de hospitales administran dosis bajas que permiten que la mujer sienta la presión con cada contracción y mantenga la fuerza para empujar aunque no sienta dolor.

5. Con la epidural no sientes la necesidad de empujar en el momento de parto. VERDADERO.
Lo que sí se pierde con la epidural es la necesidad imperiosa de empujar que se produce en un parto totalmente natural. En estos casos, una matrona a la cabecera de la cama te indicará cuándo es el momento del pujo aunque tú no sientas la necesidad.

6. La epidural puede provocar bajadas de tensión en los primeros momentos. VERDADERO. La hipotensión o bajada de tensión puede darse cuando se administra la epidural, por lo que la madre está monitorizada en todo momento para llevar un control de su tensión arterial. A pesar de que la hipotensión es de fácil tratamiento y reversible, puede llegar a producir bradicardia en el feto (disminución de su frecuencia cardiaca) que, tratada precoz y adecuadamente, no genera más complicaciones.

7. Puede provocar dolor de cabeza. VERDADERO. No siempre es así, pero en ocasiones, una complicación asociada a la administración de la anestesia epidural es la cefalea, que aparece en un 1% de todas las epidurales.

8. La administración de la anestesia epidural puede provocar secuelas en el bebé. FALSO. Una epidural que funciona adecuadamente no genera por sí sola complicaciones en el bebé. Los anestésicos utilizados son locales y van al espacio epidural por lo que presentan mínima absorción a sangre de la madre y prácticamente nula a la sangre del cordón umbilical que llega al bebé.

9. La epidural retrasa la subida de leche. FALSO. Las mamás que dan a luz con epidural inician de inmediato el contacto piel con piel con su bebé, que es el factor principal para la subida de la leche. El reflejo de succión es innato en el recién nacido y se debe permitir que el bebé mame dentro de la primera hora de vida, en la sala de partos o de recuperación. Esto permitirá que se desencadene en la madre el reflejo de oxitocina lo que favorece además la retracción uterina, previniendo hemorragias.

10. La anestesia provoca retención de orina en las primeras horas tras el parto. VERDADERO.
Uno de los efectos secundarios de la epidural es la retención de orina, que desaparece una vez los anestésicos locales dejan de hacer efectos sobre los nervios. Antes del parto, se suele vaciar la vejiga para dejar mayor espacio al bebé en su trayecto de salida. Tras el parto esta retención suele continuar, hasta que pasa completamente el efecto de la epidural, por lo que en ocasiones las matronas colocan una pequeña sonda hasta que la mamá recupera el control total de la vejiga. Tras más de 12 horas de la retirada del catéter epidural la retención tiende a desaparecer.

11. La administración de la epidural aumenta el riesgo de cesárea. FALSO. Esta idea está bastante extendida pero los últimos estudios realizados la han desterrado. Sí es posible que aumente la necesidad de utilizar fórceps o ventosas para facilitar la salida del bebé.
12. La recuperación con epidural es igual que en un parto no medicalizado. VERDADERO.
Una vez desaparecen los efectos del anestésico, que suelen durar unas 12 horas como máximo, la recuperación es totalmente igual. Hasta ese momento se aconseja que la mamá no se levante de la cama, por si le falta algo de fuerzas en las piernas y que avise si no siente ganas de orinar. Algunas mujeres presentan dolor de espalda tras el parto durante varios días lo que suele estar generado tanto por el propio embarazo, con los cambios fisiológicos a nivel de la columna, como por el parto.

* Respuestas avaladas por Consuelo García Cebrián, anestesista del Hospital de Manises, y por la Guía Práctica Clínica sobre la Atención al Parto Normal del Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad.

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