La vuelta al trabajo siempre llega
demasiado pronto para las mamás trabajadoras. Después de 16 semanas de dedicación
exclusiva a tu bebé, el fin de la baja maternal supone un cambio de vida (¡de
nuevo!). La rutina a la que te has acostumbrado en estos últimos cuatro meses da
paso a un nuevo escenario: tu trabajo y tus compañeros siguen siendo los
mismos, pero tú no. Muchas mamás sufren un conflicto interno cuando tienen que
volver a trabajar. Sienten que van a ser incapaces de separarse de su hijo, que
no están actuando como buenas madres, que nadie le va a atender como ellas… Sin
embargo, una vez superados los primeros días, la oportunidad de volver a
trabajar es enriquecedora, a la vez que da un respiro, te permite recuperar
contactos y te a ayuda ver las cosas desde otra perspectiva. Pero es entonces
cuando surge la eterna pregunta: ¿canguro o guardería?
En
casa, ¿como en ningún sitio?
Para todas las que no tengan la
posibilidad de contar con el apoyo de sus familiares o amigos para el cuidado
del bebé durante las horas que estarán fuera de casa, las escuelas infantiles y
las cuidadoras de niños son la vía más utilizada para conciliar vida familiar y
laboral. ¿Cómo decantarse por una u otra opción? Para muchas mamás un bebé de
cuatro meses es demasiado pequeño para ir a la guardería y deciden retrasar
esta elección hasta el año o año y medio o incluso hasta que empieza el cole. A
otras en cambio, tener en casa a una persona desconocida no les inspira confianza
y prefieren optar por la profesionalidad de una escuela infantil. Sea cual sea
tu elección no la bases en criterios económicos. Valora bien las ventajas e
inconvenientes de cada opción y consensúa con tu pareja la que os deje más
tranquilos.
Estimulación
y sociabilidad
Primer día de guardería. Con más
pena que alegría dejas a tu hijo en brazos de su maestra. Quizá entre llantos
quizá entre risas, pero tú con un nudo en la garganta. No te
preocupes. Está en buenas manos. Muchas mamás se decantan por la escuela
infantil porque piensan que su hijo no solo va a estar bien atendido sino que
además va a desarrollar su sociabilidad y sus habilidades. Cuántas veces oirás
eso de ¡pero qué espabilado está! Las guarderías, fomentan la estimulación y el
desarrollo mental y físico de los niños a través de juegos, canciones, rutinas
sociales y hábitos, como comer o lavarse las manitas solo a medida que se vaya
haciendo mayor. Las escuelas además te garantizan una dieta adecuada y
equilibrada para tu niño, ya que basan su alimentación en menús elaborados por
dietistas y nutricionistas. También permiten una mejor organización de sus
horarios, con periodos de comida/descanso establecidos. ¿Te da miedo que
enferme nada más llegar? El contagio de virus y enfermedades comunes echa para
atrás a muchas mamás. Pero aunque a nadie le gusta ver a su bebé malito no
podemos retenerle en una burbuja. Piensa que de este modo se fortalecerá su
sistema inmune.
Más
flexibilidad, más conciliación
Si te resulta imposible conciliar
el trabajo con los horarios de las guarderías una canguro es la solución
perfecta. La flexibilidad horaria de las cuidadoras particulares es solo una de
sus ventajas. Ofrecen una atención exclusiva y única para tu pequeño sin tener
que compartir su tiempo con otros niños. Además, mantiene sus hábitos,
costumbres y horarios en una ambiente tan familiar para el bebé como su propia
casa. Evitar contagios es otra de las bazas a favor de estas trabajadoras: la
exposición a virus y enfermedades en mucho menor que en las escuelas
infantiles. A pesar de eso, ¡que tu bebé no pase todo el día en casa! Las
salidas a la calle son muy recomendables: paseos en verano en las horas de
menos calor y en invierno bien abrigado. Y recuerda: acude a cualquier
administración de la
Seguridad Social para regularizar su situación y darle de
alta en el Régimen General. También puedes hacerlo a través del Registro
Electrónico. Infórmate en la web del la Seguridad
Social o del Ministerio
de Empleo y Seguridad Social
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