Deporte

La práctica moderada de deporte durante la gestación es beneficiosa para la futura mamá, que conseguirá mejorar su condición cardiovascular y muscular, aliviar algunos trastornos propios de su estado, evitar un aumento excesivo de peso y reducir los riesgos en el parto. Nada mejor que el ejercicio para hacer frente a molestias tan habituales como el estreñimiento, el insomnio o las digestiones difíciles. Más allá de estos beneficios, la combinación de la práctica deportiva con los masajes ayuda a mantener la flexibilidad y a tonificar los músculos.

Sin embargo, una mujer que a lo largo de los años ha llevado una vida sedentaria, no puede iniciarse como deportista una vez conoce la noticia de que está esperando un hijo. Para poder practicar deporte durante el embarazo, es necesario que esté habituada al ejercicio físico.

“Una mujer que a lo largo de los años ha 
llevado una vida sedentaria, no puede 
iniciarse como deportista...”

Los deportes más recomendables son aquellos que no suponen un gran esfuerzo físico como hacer bicicleta estática, caminar, nadar o practicar aquagym. 

También es beneficioso el yoga que, además de relajar, ayuda a encontrar el equilibrio entre el cuerpo y la mente en un momento de cambios bruscos para la mujer. Por el contrario, no es aconsejable practicar disciplinas que impliquen riesgo de caída o que requieran de movimientos bruscos. Asimismo, hay que evitar los deportes de contacto, los saltos y los ejercicios de gran intensidad.

Por supuesto, si durante el embarazo se presentan complicaciones, lo más lógico es seguir las recomendaciones del ginecólogo que valorará cada caso de forma individual. Si se recomienda reposo, la decisión debe aceptarse de un modo positivo pese a que resulte difícil en un primer momento. 

Lo principal es asumir que es la opción más indicada para la salud de la madre y del bebé. Si esto se consigue, la pareja debe trabajar por crear un ambiente apacible y afrontar las nuevas circunstancias con optimismo, vitalidad y aceptación.