Terminamos el último de los post dedicados a la estimulación temprana con unos testimonios de padres. Esperamos que te hayan gustado y los hayas considerado interesantes:
“Somos padres primerizos y deseamos compartirles la maravillosa experiencia que hemos tenido practicando la estimulación prenatal y temprana cuando nuestro bebé tenía sólo
cuatro meses de gestación, nunca nos imaginamos la co- municación que podíamos establecer con ella incluso antes de nacer. Una vez que el bebé se da cuenta que uno está al otro lado de la barriga, empieza a demandar más actividades y responder a los horarios de juego”.
“Tenemos una hija de 8 meses con síndrome de Down y desde los 2 meses va a clases de estimulación temprana intensiva guiada por un profesional y con un programa diseñado para vencer sus retrasos. Queremos decirles que realmente funciona y es muy satisfactorio ver como va progresando día a día. La sensación de saber que la ayudamos a abrir su pequeña mente es inigualable. Sonríe cuando le decimos que vamos a jugar a las matemáticas y con su mirada nos señala las respuestas cuando le planteamos alguna ecuación. ¡Es fantástico saber que retiene todo lo que le enseñamos!. Con este comentario animamos a los padres de niños con discapacidades a que confíen en las posibilidades de sus hijos y a que no se rindan ante nada porque ellos se lo merecen todo”.
Claudia y Daniel.
“En verdad vale la pena el esfuerzo de llevarlos a clase, nuestra hija tiene 6 años y la llevamos des- de los dos, ahora que va a la escuela todo es más fácil para ella, comparando con sus compañeros que no fueron estimulados, por experiencia pro- pia podemos decir que tiene una voracidad por el aprendizaje, agudiza más la curiosidad innata, tiene sensibilidad para el arte, es amante de los libros y, por supuesto de los juegos en equipo”.
Jorge y Alejandra.
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