Breve guía nutricional

Glotones y mal comedores


Pautas y consejos para que tú pequeño crezca sano


Determinación, paciencia y constancia: claves para la correcta alimentación del bebé.


PECHO O BIBERÓN

Lo primero que tienes que saber es que los bebés se alimentan por instinto. Por ello, no debes preocuparte si los primeros días le cuesta comer, cada niño es diferente y tiene su propio ritmo de adaptación.

Cárgate de paciencia y sigue las pautas de alimentación que te indique el pediatra. Durante estos primeros días, lo mejor para los dos es que este momento sea tranquilo y en un entorno relajado, de hecho, la cita con la comida tiene que ser lo más íntima posible y en un lugar cómodo para ambos.
Al final, tanto tú como el recién nacido, viviréis este momento con naturalidad.
















 Si decides darle el pecho, lo habitual es que pierda algo de peso en la primera semana, no te preocupes, lo recuperará poco a poco. Lo natural es que haya un proceso de acomodamiento entre el pequeño y tú. Para sentirte totalmente segura con esta nueva experiencia necesitas tiempo y confianza en ti misma, la constancia será tu aliada para lograr que ambos os adecuéis a este
momento lo más rápidamente posible.

En algunos casos, los recién nacidos (por motivos muy diversos) no comen todo lo ‘recomendable’, les cuesta más de lo habitual engancharse al pecho o se duermen durante la toma y, en definitiva, tardan más ganar peso. Estos pequeños mal comedores pueden reeducarse con determinación y firmeza, no dejes que la desesperación te supere y consulta al pediatra. Muchos centros ambulatorios tienen grupos de mamás lactantes que se reúnen una vez por semana, ellas te pueden ayudar a ganar confianza y podrás compartir tus dudas con mujeres más experimentadas.

Si le das biberón, lo habitual es que gane peso rápidamente y… tienes que estar pendiente porque depende del ritmo de crecimiento, puede que tengas un pequeño glotón!! Para que no existan problemas de sobrealimentación los expertos aconsejan que no le des de comer cada vez que llore, porque el llanto no siempre es síntoma de que tiene hambre. A través de la convivencia y la observación aprenderás a distinguir los diferentes llantos de tu pequeño.

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