Mitos, Verdades y mentiras(3º y último) :


Es cierto que…


Ven desde que nacen

Nada más nacer ellos observan todo, sólo que los  recién nacidos ven mejor a una distancia entre 15-30 centímetros, es por eso, que instintivamente todos los adultos se acercan al bebé para hablarle. Pasados los seis meses el menor ya verá perfectamente los objetos que se encuentran a una distancia de entre tres y cuatro metros y al año verá prácticamente igual que un adulto.
El bebé distingue también los colores, prefiriendo durante los primeros meses los contrastes fuertes y los tonos contundentes. Por eso observará durante más tiempo un objeto rojo que otro gris y se interesará más por un vestido con flores fuertes que por otro con colores pastel.

Necesitan ir descalzos para aprender a caminar
Pisar con los pies desnudos en casa, el jardín o la playa hará que el bebé fortalezca sus músculos, tendones y articulaciones. Los zapatos solo sirven para proteger los pies contra la suciedad, el frío y los demás peligros, no para aprender a caminar.

Se les debe de cortar las uñas de recién nacidos
Son muchos los que nacen con las uñas de las manos bastante largas, y como tienden a
rasguñarse la cara se podrían lastimar. Para cortarlas, se deben usar unas tijeras romas o una lima suave, aprovechando un momento en que el pequeño esté tranquilo.

Es bueno que les dé el aire y el sol
Todos saben que la luz solar actúa positivamente en numerosos procesos metabólicos en todos los organismos vivos. Siempre que el bebé salga convenientemente vestido a la temperatura de la calle puede salir de su casa desde el primer día. Sólo hay que evitar las horas de más calor en verano y las de más frío en invierno, y las zonas donde pueda haber personas enfermas con alguna infección.

La dentición puede causar dolor de oído y falta de apetito
Cuando las encías están sensibles al bebé no le dan ganas de comer debido al dolor. Este dolor le puede, además, causar un dolor reflejo en el oído, pues comparten un mismo canal neurálgico, de ahí la importancia por averiguar si el bebé además de cogerse la oreja tiene otros síntomas para descartar cualquier infección.

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